sábado, 19 de febrero de 2011

Niño y pistola.


No hay búsqueda de la perfección. Lo que más asombra es conseguir lo incierto, lo inimaginable. Encontrarte. Dentro de las palabras espero tu suicidio programado. Las fieras nunca se amansan. Siempre hay un contraataque a nuestro amor eterno. Mi cuerpo se afloja y quiere recibir navajazos. Intento dejar a un lado el verbo “compensar” pero es algo que he criado durante mucho tiempo. Ahora está gordo y no hay quien lo mate. Resiste aliado a la culpa, a la maldita culpa. La que asoma los sábados por la mañana, cuando parece que el día es demasiado nuevo y tremendamente repetido. Cuando las sensaciones de la noche anterior te emborrachan. Las franjas horarias nos han determinado el estado de ánimo. Las drogas de papá. El cauce del río se lleva todo por delante. Agárrate a la vegetación. De pequeña quise huir y no dar pena. Jamás. No reprocho nada al mundo. Que no azote él. Vivamos con los problemas justos. Y si me quejo es para que me envuelvas con amor. Y si rechisto es para no oír más historias que las nuestras. Nunca tendrá igualación, competidor, vivencia coetánea similar. Los conceptos mentales lo han determinado. La típica inmovilidad del tiempo desborda y nos hace olvidar las convenciones. Viajamos en miles de páginas. La gran minoría no ha llegado aún a nosotros. Los alcanzaremos. Lo somos. Y no quiero más.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Zar!


Había vagado por la ciudad con puntos fijos a los que seguir. Cruzaba caras perdidas que no lograba perfilar. No faltó en mi cara una sonrisa por educación. A veces me sorprendía la potencia con la que aparecía.
Digerir la comida a solas provocó que derramara el agua por las alcantarillas. Hablar y lograr entender. Estaba hecho. Ahora había que cargar con las palabras.
Me asusto cuando no veo el mundo tras mis ojos. Se reconvierte en esquinas peliagudas.
Meses de éxtasis. Ahora quería llevar la tristeza con gusto. Sola. Habría empezado a caminar mientras desechaba ideas descabelladas que surgen en esos momentos de despilfarro enérgico. El cuerpo se renunciaba a crecer. Entonces ya era gigante.

lunes, 22 de noviembre de 2010

"El ojo"


Se hizo obvia una cosa que había sospechado desde hacía tiempo: la absurdidad del mundo. Inesperadamente me sentí increñiblemente libre y la libertad misma era un indicio de ese absurdo. Cogí el billete de veinte marcos y lo rasgué en trocitos. Me saqué el reloj y lo golpeé contra el suelo hasta que se paró. Se me ocurrió la idea de que, en ese momento, si lo deseaba, podía salir a la calle y abrazar con vulgares manifestaciones de placer a la mujer que quisiera, o disparar sobre la primera persona que encontrara, o romper el cristal de un espacarate... Eso era todo lo que se me ocurría: la imaginación de las ilegalidades tiene una escala limitada. "El ojo" Vladimir Nabokov





Pensábamos a la vez cogidos de la mano.
Aunamos belleza y catástrofe.
A veces se muestran y rien delante de ambos.
No hay balas para sentimientos invencibles e invernales.
Las sábanas lo envuelven todo.

domingo, 14 de noviembre de 2010

A esto llamo vida.


No podemos apegarnos a objetos materiales, considerarlos conscientes de su repercusión acaso valorarlos como seres vivos, conlleva una muerte. Las modas son caducas. Abarcar por ello minutos de silencio sería sufrir de gigantismo. Hallar mi perspectiva. El vacio no está declarado, todos los acordeones no están destrozados. Leyendo mi mano encontré restos de otro planeta. Puedo ver un sistema solar milenario. Antiguos acordes añorados. Ciño los ojos para perfilar en él más de dos personas. He pegado un respingo al encontrar más. Los ambiguos cajones de tiempos verbales se han superpuestos y distintos planetas han entrado en conflicto. Mi principito es audaz y voy a darle todas las espadas necesarias para que destroce signos negativos de los que se clavan. Entonces fui río. Despegarme de cosas me hace sangrar. "La gente sana cree que hay vidas que no merecen ser vividas". ¿A qué llaman vida? Invocaría en sus cuerpos una serie de barbaridades que descolocaran su seguridad. Pero no me importa, yo voy a casarme en otro planeta. Los mismísimos románticos del siglo XVIII me han infectado. Han matado a la mala de la película y le han puesto tu brazo en el costado. A esto llamo vida.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Sigamos en pie.


Hoy sentí un vacio en el pecho. Hoy sentí la catástrofe en mí. Estaba tranquila pero un inesperado miedo se apoderó de mí. Fueron unos instantes que me descolocaron de la realidad. Como cuando no entiendes la vida. Como cuando el aburrimiento te arrastra a la tristeza y todo suena a voces rasgadas. Sensaciones que te hacen respirar, como morderte fuerte los dientes para no romper a llorar o a gritar. Me recuerdan que debo convivir conmigo misma, que debo prestarme atención. Cuidar que mi piel esté suave, mis ojos húmedos, mis pies fuertes, mis manos ágiles, mis pulmones limpios, mi cabeza ordenada y dejar de morderme el labio, acumular el nerviosismo en mi estómago o chocarme con cualquier cosa descolocada. Puedo sentirme. Hoy me da igual no tenerte a mi lado. Me tengo. Y una vez escuché que el arte es todo lo que resiste. Sigamos en pie.

sábado, 15 de agosto de 2009

Luna llena


Anoche las estrellas se veían turbias, la luna llena les quitaba protagonismo. Me preguntaron que de qué estaba llena la luna. Yo no creo que sean ni de besos, ni de sueños, ni de sonrisas, ni de amor como tú decías… yo confío en mi luna, yo sé que ella puede vivir sin todo eso. Déjala ella que se puede escapar de sentir. Ella no siente, ella se deja llevar por la tranquilidad del espacio. No le preocupa ese dolor en el pecho, no derrama lágrimas tontamente, no sonríe por compromiso, no rompe corazones, no se enamora. Desde allí, libre, sujeta las esperanzas de ver amanecer a cada uno de los amantes que la miran. Desde allí, a lo alto, ve cada desgracia que por odio o por amor se hacen. Y ella indiferente se entretiene jugando a esconderse del Sol. Yo sé que huye del encuentro. Se siente bien allí lejana y al alcance de miles de miradas. Ella solo se deja querer. ¿Juegas a ser luna?



Sí, sí la foto es del Sol! ^^ [Zahora]


lunes, 15 de junio de 2009

¿Y si desaparecieran todas las pantallas?




Creamos en un soporte que realmente no existe.

Un día deberían desaparecer todas las pantallas.

Las fotografías ya no se revelan, no se ensucia el papel con feos textos retocados, la música sale de los altavoces y se comprime en los auriculares, vemos el mundo consultando una pantalla, antes de respirar el aire de una ciudad nueva ya has fotografiado la estación, tus amigos se reducen a una lista de contactos, no los que te abrazaron, si sale una gota de sudor rapidamente ajustas la temperatura a tu gusto en la pantallita del mando...

Me gusta la tecnología, me gusta la comodidad... pero creo que esto nos está superando...

Mientras tú te lo piensas, yo estaré programandome para no ser dominada por estas máquinas. E iré a oler las hojas de estos libros olvidados desde que te encaprichastes por las pantallas. Me reiré con albunes y albunes de fotos de cuando te daba igual salir mal. Le diré a mi hermana que me cante una canción y me toque la bateria que le trajeron los reyes . Y por último, cerraré los ojos y no me hará falta ver ninguna dichosa pantalla para saber que vivo, me sentiré cerca.